Maydelis Blanco Rodríguez, una cubana de 32 años, dice que cada mañana cuando se despierta solo piensa una cosa: “¿Qué le doy de comer hoy a mi hijo?”.
“Es una situación muy desesperante, uno se ve muy impotente porque ya ni con dinero encuentras las cosas”, cuenta vía telefónica desde La Habana a BBC Mundo.
Desde finales de 2018, la isla, que a lo largo de la historia de la Revolución ha sufrido sucesivas crisis económicas, enfrenta una carencia generalizada de alimentos y productos de aseo (como jabón y pasta de dientes) que en los últimos meses ha ido de mal en peor.
Las autoridades lo atribuyen al embargo y las medidas de Estados Unidos contra la isla, en especial a las nuevas presiones del presidente Donald Trump.
“Esta situación tiene entre sus causas el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos y el aumento de las persecuciones financieras”, aseguró el presidente Miguel Díaz-Canel durante una sesión de la Comisión Agroalimentaria del Consejo de Ministros de Cuba en abril pasado.
“Además de la rotura de equipos y otros problemas internos, el desabastecimiento en los mercados de algunos productos se debe a esas medidas unilaterales impulsadas por el gobierno estadounidense, que ha provocado también la contracción de créditos de financiamiento”, sostuvo.
Como medida, el gobierno anunció este mes un plan de racionamiento “temporal” para “lograr mayor equidad en la distribución de algunos productos” y “evitar el acaparamiento”.
Desde entonces, comprar salchichas, pollo, arroz, chícharos (arvejas), frijoles, huevos o aceite se ha vuelto un desafío cotidiano para muchos y, también, en un motivo de riñas y peleas a puñetazos.
“Yo de verdad ya tengo hasta pesadillas con las colas. Hay perras colas para todo. En las colas se te va la vida”, afirma Blanco Rodríguez.
Entre tanto, fotografías de neveras vacías, inmensas filas custodiadas por policías y agente de seguridad de valores (algunos con armas de alto calibre) e incluso los enfrentamientos entre cubanos para comprar productos como pollo, han comenzado a circular en las redes sociales de Cuba, a las que cada vez más personas tiene acceso.
Pero si las imágenes del desabastecimiento en la capital han sido las más visibles, en algunas provincias del interior de la isla la situación parece ser peor, según contaron varios cubanos a BBC Mundo.
“El otro día yo estaba haciendo una cola porque sacaron cabeza, patas y lenguas de puerco y dos hombres se fueron a las manos. Tuvo que venir la policía. Es increíble que a 60 años de Revolución, la gente casi se mate por comprar una lengua de puerco”, cuenta desde Pinar del Río Teresa García, de 86 años.
¿A qué se debe esta situación?
“El impacto del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por EE.UU. a Cuba por más de 60 años siempre ha sido uno de los mayores obstáculos para el desarrollo económico y social de Cuba”, dijo este martes la viceministra de Comercio Exterior, Ileana Núñez en una rueda de prensa en el marco de la feria Expocaribe, celebrada en La Habana.
“Sin duda, hay un recrudecimiento palpable”, agregó Núñez en respuesta al corresponsal de la BBC en Cuba, Will Grant.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio de Cuba, Orlando Hernández, recordó en el mismo evento que el gobierno de la isla calcula en US$4.000 millones el daño que le hace el embargo a la economía del país.
“Pero muchas de las afectaciones reales que Cuba sufre, no se ven en números. ¿Cuánta gente hubiera venido a invertir, a comerciar? ¿Cuántos turistas hubieran venido y no vienen por el carácter intimidatorio de las medidas de EE.UU.?”.
A mediados de mes, la ministra de Comercio Interior de la isla, Betsy Díaz Velázquez, reconoció en un programa oficialista de televisión que, además de las sanciones de EE.UU., el racionamiento respondía a problemas financieros del gobierno (que es el único que puede importar alimentos).
“A partir de limitaciones financieras internas, el bloqueo y las medidas de Estados Unidos contra nuestra economía, empezamos a tener situaciones con proveedores e instituciones financieras que no quisieron negociar con nosotros”, indicó.
La isla, que tiene una población de más de 11 millones de habitantes, importa entre el 60 y el 70% de los alimentos que consume, según datos oficiales.
La policía custodiando la cola del pollo en con armas largas. Parece que le tiene mucho miedo a una población hambrienta y alo que se le puede venir y está tomando las precauciones pertinentes. Mira tu adorado sistema, mira, mira, miraaaaaaaaaaa😡😡😡 pic.twitter.com/b98rfdec3N
— Cristian Crespo F. (@cristiancrespoj)
Lo último! Armas largas en la cola del pollo! el vídeo muestra la UC "La Década" perteneciente a TRD Villa Clara, la que utiliza como puerta de entrada la salida lateral, ya que la puerta principal está rota, por lo TRASVAL tuvo que recoger donde estaba la cola. pic.twitter.com/amOF2d5Qr0
— Miranda font (@font_miranda)
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